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sábado, 16 de noviembre de 2013

Estilos y estilos

Nuestro instrumento de comunicación es el lenguaje y tiene la capacidad de hablar por quien lo utiliza en el mismo momento en que este lo escoge y lo ordena. Este instrumento ofrece posibilidades muy diversas al usuario y podemos observar esta diversidad en, sobre todo, la lengua literaria ya que es la que ofrece una mayor variedad porque representa un uso particular del repertorio general de una lengua dada, que se va reajustando según la necesidad del autor, quien la moldea adaptándola a su modo de ver el mundo, a su ideología, a su propia retórica.

Estos dos poemas que presentamos tratan el mismo tema, el tópico clásico del colligue virgo rosas, en el que se invita a aprovechar la juventud mientras se posee porque el tiempo pasa y la belleza, simbolizada por una rosa, se marchita. Sin embargo, podemos darnos cuenta rápidamente que la temática es el único punto de unión entre las dos composiciones ya que los rasgos de estilo son completamente diferentes.


El valor poético de una obra consiste en el modo lingüístico con que se comunica, en el uso que se hace de los elementos latentes en la lengua y que cada autor tiene la oportunidad de escoger y ordenar. Por ejemplo, Góngora, en el primer caso, utiliza el soneto para su composición y opta por una estructura formal preestablecida. El lenguaje es oscuro en cuanto a la dificultad de su comprensión porque utiliza muchas imágenes y comparaciones pero, sobre todo, porque retuerce de manera muy brusca nuestra sintaxis natural.

En el segundo caso, el poeta prefiere una composición mucho más libre, de versos irregulares y sin rima. Luis Alberto de Cuenca utiliza los recursos que le pone a disposición lengua de un modo mucho más desenfadado, no utiliza tanto los imágenes o las connotaciones como el significado puro de la palabra, su sonido brusco e imperante ya que para lograr una obra literaria no es necesaria la opacidad ya que las sustancias puras sin significado pueden adquirirlo en el lenguaje poético.

Los modos tan distintos de enfrentarse a una realidad vital, la fugacidad de la juventud, son fácilmente perceptibles. Cada uno de los poetas está rodeado de una realidad distinta, con una sociedad distinta que tiene unas necesidades y unas predisposiciones distintas frente a una obra poética. Si bien Góngora pretendía con sus composiciones jerarquizar intelectualmente a la sociedad a finales del siglo XVI, Luis Alberto de Cuenta acerca la poesía a un público mucho más amplio, haciéndola accesible y atractiva a la sociedad actual que siente la poesía mucho más lejana.

Son dos poetas distantes en el tiempo, que comparten la misma lengua, el mismo modo de ver el paso del tiempo y tienen a su alcance la misma cantidad de recursos lingüísticos; sin embargo, los resultados son muy distintos y a la vista está. Esta es otra más del montón de oportunidades que nos brinda la lengua.

Si la novela se compone para ser leída; el teatro, para ser representado y la poesía, para ser recitada, aquí os dejamos el segundo de los poemas elegante, dulce y contundentemente recitado por su autor. Las otras dos tareas corren a vuestro cargo, ¡esperamos que lo disfrutéis!



2 comentarios:

  1. Me encanta la idea del blog y el enfoque que le habéis dado. Es realmente bonito poder sacar tanto jugo a algo como el lenguaje y al hecho de comunicarse que a simple vista parece tan sencillo. Y es genial el hecho de que pueda disfrutarlo también gente no necesariamente del ámbito de lengua y literatura como en mi caso. Creo que despierta y despertará muchas curiosidades como lo hace, desde mi punto de vista, esta entrada. En mi opinión resulta curiosa la comparación de ambos poemas y más si los conocías anteriormente y no te habías parado a pensar las semejanzas. Yo me quedaría con esta frase: "para lograr una obra literaria no es necesaria la opacidad ya que las sustancias puras sin significado pueden adquirirlo en el lenguaje poético".

    ¡Ánimo en este trabajo! Lo estáis haciendo muy bien.

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  2. La prueba de que el lenguaje es algo vivo, que se renueva y se adapta y está presente en la vida de las personas -porque sin él no existe comunicación, y esta depende de cada comunidad hablante y sector social- es este blog: imaginativo, sugerente, diverso y representativo de algo tan sencillo y esencial como el lenguaje, la PALABRA.

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